¿Qué es la baja autoestima?

La persona con baja autoestima hace una valoración pobre y negativa de sí misma y sus acciones, hecho que demuestra la carencia de confianza en sí misma y sus propias capacidades, tanto cognitivas como prácticas. Esta forma de pensar, rígida y destructiva, se percibe como una verdad absoluta, compuerta la aparición de emociones y sentimientos negativos (tristeza, ira, frustración, culpa…). Este hecho dificulta la relación con el mundo que lo rodea, el cual percibe como peligroso. El miedo y la ansiedad que se experimenta en la hora de enfrentar las diferentes circunstancias vitales, hace que emprenda conductas de evitación y de rechazo a afrontarlas. Todo ello, genera pensamientos y emociones que contribuyen nuevamente a alimentar y confirmar el autoconcepto negativo que tiene la persona de sí misma, su valor y su capacidad.

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¿Cuáles son las consecuencias de la baja autoestima?

  • Pensamientos negativos de un mismo y de sus propias capacidades.
  • Aparecen emociones y sentimientos negativos
    (ira, frustración, desesperación, culpa, tristeza, ansiedad).
  • Falta de energía.
  • Falta de motivación y abandonan de actividades por miedo al juicio y la crítica social.
  • Falta de capacidad para afrontar y resistir las diferentes circunstancias y retos de la vida.
  • Dificultades para disfrutar, celebrar y dar valor en las metas y los triunfos logrados. Nunca es suficiente, nunca es mujer suficiente valor a que se ha hecho y conseguido.
  • Aparición de conductas autodestructivas, como el consumo de sustancias.
  • Abandono de la cura personal.
  • Bajo rendimiento académico y laboral. La carencia de confianza en un mismo y su capacidad, así como las posibles críticas alimenta la duda y la indecisión, los cuales interfieren en el rendimiento académico y profesional. Los pensamientos negativos y las emociones que se derivan hacen acto de presencia en plena ejecución de la actividad, interfiriendo su adecuado desarrollo.
  • Falta de autorrealización, no se fijan objetivos. La carencia de confianza hace difícil que nos fijamos nuevos objetivos y perseverar en estos, dado que no creemos en nuestra capacidad para lograrlo. Desde esta perspectiva se aumentan las probabilidades de experimentar más fracasos que éxitos. La seguridad y la tranquilidad que nos ofrece el que ya es conocido impide que salimos de nuestra zona de confort y nos arriesgamos, el crecimiento personal y la autorrealización.
  • Problemas para relacionarse con los otros. Son habituales los problemas que se experimentan en la hora de relacionarnos. Una persona que no se estima a sí misma, difícilmente se dejará o permitirá ser estimada cómo se merece. Bajo la premisa básica: “no hay nada que me guste de mí misma, es imposible que alguien se estime alguien como yo”, estas personas tienen grandes problemas para establecer relaciones de confianza con otras personas. El poco valor que se otorgan compuerta el riesgo que establezcan relaciones de sumisión hacia los otros y de maltratos, dado que consideran que no tienen el que hay que tener para ser respetadas y estimadas. El miedo y la ansiedad que genera el rechazo de los otros, también puede llevar al aislamiento social y la soledad. Este hecho, no permite modificar el concepto que la persona tiene de sí misma, el que a su vez contribuye a alimentar más la baja autoestima.
  • Aparición de problemas de salud mental.

¿Qué nos aporta una autoestima sana?

Una autoestima sana y adecuada contribuye al hecho que nos valoramos positivamente y que sentimos que reunimos las características y capacidades (cognitivas y prácticas) necesarias para tomar el control sobre nuestra vida y el entorno dentro de nuestras posibilidades. Esta confianza nos permite afrontar, perseverar y resolver con confianza las demandas del entorno, los retos que la vida nos pone delante. Así mismo, cuando experimentamos alguna traba o nos equivocamos somos capaces de recuperarnos más rápidamente y continuar con nuestra vida. La confianza nos motiva a plantearnos nuevos proyectos y perseverar para lograr los muestras objetivos, los cuales favorecen el crecimiento personal y la autorrealización. Con una autoestima positiva observamos el mundo como un lugar lleno de posibilidades y oportunidades, y valoramos con orgullo nuestra contribución al éxito y disfrutamos.

Una autoestima positiva también contribuye a establecer y construir relaciones positivas y de confianza, puesto que comporta una estimación sana y el respeto hacia un mismo. Favorecerá que defendemos nuestro derecho a ser respetados, a ser escuchadas nuestras opiniones, deseos y necesidades.

En definitiva, tener una autoestima sana tiene repercusiones positivas en todas las áreas de la persona, física, psicológica, social y profesional.

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