La terapia psicológica para adultos se centra en gran medida en los trastornos por estrés postraumático:
Trastorno por estrés postraumático
El trastorno por estrés postraumático aparece tras la exposición a la muerte, lesión grave o violencia sexual, ya sea real o amenaza, en una o más de las siguientes formas. Por experiencia directa con el suceso traumático, presencia directa del suceso ocurrido a otros, conocimiento de que el suceso a ocurrido a un familiar próximo o un amigo íntimo y de forma violenta o accidental y exposición repetida a detalles repulsivos del suceso traumático.
Presencia de uno o más síntomas de intrusión asociados al suceso traumático que aparece en forma de recuerdos angustiosos recurrentes e involuntarios, sueños angustiosos, reacciones disociativas, malestar psicológico intenso y prolongado y reacciones fisiológicas intensas que aparecen tras exponerse a estímulos relacionados con el suceso traumático.
Evitación o esfuerzos por evitar recuerdos, pensamientos o sentimientos angustiosos y recordatorios externos asociados al suceso traumático.
Alteraciones negativas cognitivas y del estado de ánimo asociadas al suceso traumático. Se presentan como incapacidad de recordar un aspecto importante del suceso traumático, creencias o expectativas persistentes y exageradas sobre uno mismo, los demás y el mundo.
Trastorno de adaptación
El trastorno de adaptación se identifica con el desarrollo de síntomas emocionales o del comportamiento en respuesta a un factor de estrés identificable que se identifica a los tres meses siguientes. Una vez que el factor de estrés o sus consecuencias han terminado, los síntomas no se mantienen durante más de seis meses.
Provoca malestar intenso desproporcionado a la gravedad del factor de estrés y un deterioro significativo en lo social, laboral u otras áreas importantes de funcionamiento.