Tipos de trastorno de conducta

Sin muchos los jóvenes que sufren trastornos de conducta, por este motivo, ofrezco diferentes tratamientos psicológicos infantiles para estos casos:

Trastorno de conducta negativista desafiante

El trastorno negativista desafiante lo podremos detectar mediante la observación de un patrón de enfado e irritabilidad, discusiones y actitud desafiante o vengativa que dura por lo menos seis meses. Se caracteriza por la interacción por lo menos con un individuo que no sea su hermano y este comportamiento crea malestar en el individuo o en otras personas de su entorno social inmediato. Además tiene un impacto negativo en el área social, educativa, profesional u otras importantes.

Trastorno de conducta explosivo intermitente

Los arrebatos recurrentes en el comportamiento que reflejan una falta de control de impulsos de agresividad sin los signos para diagnosticar un trastorno explosivo intermitente, que se manifiesta por las siguientes:

  • Agresión verbal o física contra la propiedad, animales u otros individuos. La agresión física no provoca daños ni destrucción de la propiedad, ni provoca lesiones físicas a los animales ni a otros individuos.
  • Los arrebatos en el comportamiento provocan daños o destrucción de la propiedad o agresión física con lesiones a animales u otros individuos, sucedidos en los últimos doce meses.
  •  La magnitud de la agresividad expresada durante los arrebatos recurrentes es bastante desproporcionada con respecto a la provocación de cualquier factor estresante psicosocial desencadenante.
  • Los arrebatos agresivos recurrentes no son premeditados ni persiguen ningún objetivo tangible. Estos arrebatos provocan un malestar marcado en el individuo, alteran su rendimiento laboral o sus relaciones interpersonales y pueden tener consecuencias económicas o legales.
  • El individuo tiene una edad cronológica de por lo menos seis años.

Trastorno de conducta

A la hora de diagnosticar un trastorno de conducta, habrá que fijarse en un patrón persistente y repetitivo del comportamiento en el que no se respetan los derechos básicos de los otros, las normas o reglas sociales propias de la edad, lo que se manifiesta por la presencia de los siguientes: agresión a personas y animales, destrucción de la propiedad, engaño o robo e incumplimiento grave de las normas.

El trastorno del comportamiento provoca un malestar clínicamente significativo en las diferentes áreas de funcionamiento y si la persona tiene dieciocho años o más, no se cumplen los criterios de trastorno de personalidad antisocial.

Existen diferentes tipos y son los siguientes, el de inicio infantil, en el que el patrón aparece antes de los diez años; el de inicio adolescente que aparece después de los diez años; y el no especificado en el que no se puede determinar el inicio del trastorno de conducta.

El trastorno de conducta se puede acompañar de emociones prosociales limitadas en las que aparecen:

  • Falta de remordimiento o culpabilidad: El individuo no se siente culpable cuando hace algo mal y muestra una falta general de preocupación por las consecuencias negativas de sus acciones.
  • Insensiblible, carente de empatía: No tiene en cuenta ni le preocupan los sentimientos de los demás. Este individuo se describe como frío e indiferente. La persona preocupada por los efectos de sus actos sobre sí mismo que sobre los demás, incluso cuando provocan daños apreciables a terceros.
  • Despreocupado por su rendimiento: No muestra preocupación respecto a un rendimiento deficitario o problemático en la escuela, en el trabajo o en otras actividades importantes. El individuo no realiza el esfuerzo necesario para alcanzar un buen rendimiento, incluso cuando las expectativas son claras, y suele culpar a los demás de su rendimiento deficitario.
  • Afecto superficial o deficiente: No expresa sentimientos ni muestra emociones con los demás, salvo de una forma que parece poco sentida, poco sincera o superficial o cuando recurre a expresiones emocionales para obtener beneficios.