Otra de las áreas en las que ofrezco tratamiento psicológico infantil es para los trastornos obsesivo compulsivos:
Trastorno obsesivo compulsivo
Para diagnosticar un trastorno obsesivo compulsivo es necesario observar la presencia de obsesiones, compulsiones o ambas:
Las obsesiones se definen como pensamientos, obsesiones o imágenes recurrentes y persistentes que se experimentan en algún momento durante el trastorno, como intrusas, no deseadas y que en la mayoría de los casos causan ansiedad o malestar importante. Luego el sujeto intenta suprimirlos o neutralizarlos con algún otro pensamiento o acto (realizando una compulsión).
Las compulsiones se definen como comportamientos o actos mentales que el sujeto realiza en respuesta a una obsesión. El objetivo de dichos comportamientos es reducir o prevenir el malestar o evitar algún suceso o situación temida. Estos comportamientos no están conectados de manera realista con los destinados a neutralizar o prevenir y son excesivos.
Los síntomas del trastorno obsesivo compulsivo requieren de mucho tiempo y suelen durar alrededor de una hora y provocan gran malestar y un deterioro en las diferentes áreas del sujeto.
Trastorno dismórfico corporal
El trastorno dismórfico corporal, implica la preocupación por uno o más defectos o imperfecciones percibidas en el aspecto físico que no son observables o que aparecen sin importancia a otras personas. La persona realiza comportamientos o actos mentales repetitivos como respuesta a la preocupación por su aspecto.
En algún momento durante el curso del trastorno, el sujeto ha realizado comportamientos (por ejemplo, mirarse al espejo, asearse en exceso, rascarse la piel, etc.) o actos mentales ( por ejemplo, comparar su aspecto con el de otros) repetitivos como respuesta a la preocupación por su aspecto.
La preocupación causa malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.
La preocupación por el aspecto no se explica mejor por la inquietud acerca del tejido adiposo o el peso corporal en un sujeto cuyos síntomas cumplen los criterios diagnósticos de un trastorno de la conducta alimentaria.